EDUCANDO LA MUERTE

Educando la muerte es reconocer que la vida está perdiendo, y duele.

Mi proyecto está basado en la ODS número cuatro, educación de calidad, y es que, hoy día, somos partícipes de un sistema educativo anacrónico que está formando a personas para servir a una élite económica perversa; principal causante de la individualización del hombre, el engaño colectivo que tapamos mediante falsos estímulos, un sinfín de desigualdades que se ven reflejadas en algo tan manchado como lo está la educación.  Desgraciadamente, no al alcance de todos.

No obstante, hablando con distintas personalidades como Federico Vázquez, Presidente de la Asociación de Educación Ambiental en España; Jane, exsecretaria del Partido Verde en Escocia; Pepa, activista gaditana; Sara, activista por la Vega en Granada... Coincidimos en que la escuela no es un lugar de aprendizaje - como desearía Séneca o muchos de nosotros -.

Las fotografías seleccionadas son retratos, ¿cómo no? Yo, ellos. Ellos, yo. Humanos con mucho que contar, sus caras y cuerpos nos hablan. No me canso de escuchar, aprender, preguntar, conocer a personas maravillosas y plasmarlas. Me han cedido su tiempo y me corresponde publicarlas.

Por otra parte, sabemos que el norte global es privilegiado, los países del sur siguen sujetos a un capitalismo depredador, y el conjunto planetario carece de humanismo en unas aulas que siguen educando para la muerte, como señalaría Joaquín Araújo... mientras el espectáculo avanza, el colapso civilizatorio y climático continua. 

Además, hay una frase romana muy certera para toda esta conversación, querido lector: "Panem et circenses", pan y circo. No es nuevo mencionar el absurdo que consigue silenciar una catarsis colectiva, la cual se encendería si conectáramos más con la naturaleza, en definitiva, con nosotros mismos... Para ello, no basta con irte un fin de semana al campo para calmar tu ansiedad causada por un ritmo frenético, la clave está en la comunicación directa con los tuyos,  junto con los adversarios. 

Es penoso el desentendimiento político de unas generaciones que ya no pueden hablar de evitar los duros efectos de la crisis climática, sino que deben centrarse en la mitigación y adaptación. Es penoso que en un libro escolar te enseñe a reciclar como el mejor método reparador ante el daño de 100 grandes corporaciones causantes de más del 70% de emisiones globales. Una juventud sumisa, con pasotismo hacia una política no limitada al parlamentarismo, también presente en conquistar la cultura y ganarse a la gente en medio de una invasión, tal y como señalaba Maquiavelo en "El Príncipe" allá por el S.XVI.

Por tanto, quizás la lucha no debe conformarse con señalar a unos culpables, quejarnos y seguir resignados, quizás debamos escucharnos más y aprender de la gente que nos rodea; desde el vecino más infame hasta el más preciado, vamos a una, y la muerte se ha llevado muchas vidas, no nos dejemos morir.

Gracias. 

Autor: Ander Yeray Parra Pérez

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